Martes, 12 de julio de 2022  POR ALICIA MARQUEZ     Hace exactamente un año, las calles de Cuba se inundaron de miles de personas pidiendo libertad y el fin de un régimen comunista que ha durado más de seis décadas, y que ha llevado a Cuba a vivir su peor época. Ahora, esas mismas calles están fuertemente militarizadas por la dictadura cubana que busca acallar cualquier otra protesta pacífica.

El 11 de julio de 2021 fue un punto de inflexión en la historia de Cuba, en donde más de 50 ciudades se unieron para clamar “Libertad”, “Patria y Vida”, y “Abajo la Dictadura”, desembocando una fuerte represión estatal tras la “orden de combate” lanzada por el líder del régimen castrista Miguel Díaz-Canel.

Al día de hoy, cerca de 1500 manifestantes siguen detenidos y otros centenares más han sido obligados al destierro de su país.

Para el activista y vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC), Manuel Cuesta Morúa, estas protestas de 2021 fueron el inicio de una rebelión ciudadana que “tomó por sorpresa” a la misma dictadura.

“Lo que sucedió en la jornada de julio fue el asomo de una revolución ciudadana”, dijo Morúa a Reuters. “Con todo el andamiaje que [el régimen] ha montado—desde el nuevo código penal a la represión celular contra todos activistas—se está preparando para evitar que ocurra un nuevo 11 de julio. Pero hay muchos mini 11 de julio”, añadió.

Ante ello, la dictadura ha empezado a militarizar las calles de Cuba, y los cubanos dentro de la isla señalaron que se percibe un día tranquilo aunque con miedo, según informaron cubanos por redes. Asimismo, la dictadura anunció apagones en varias zonas de la isla desde este lunes hasta mañana a las 3 a.m., a pesar que no se habían reportado ninguna falla en el servicio durante el fin de semana.

La activista cubana Anamely Ramos, quien no tiene permitido regresar a Cuba, dijo a The Epoch Times en Español que la represión de hoy que “es enorme”, sobretodo contra periodistas. Ramos contó que hoy estará protestando frente a la Casa Blanca en conmemoración.

La integrante del Movimiento San Isidro, Carolina Barrero, otra activista en el exilio, dijo que luego de las protestas del 11 de julio, la “vigilancia y persecución fue peor”.

“El espacio cívico se cerró aún más. [Las autoridades del régimen cubano] intentan evadir cualquier mínimo de protesta pública porque saben que lo más mínimo puede detonar otro 11 de julio”, dijo a la agencia.

La ONG Human Rights Watch publicó este lunes un informe de las violaciones a los derechos humanos contra los cubanos arrestados tras las manifestaciones. El informe, de 41 páginas, documenta “un gran número de detenciones arbitrarias, procesos penales abusivos, y tortura”.

“Los gobiernos de América Latina y Europa deben aumentar urgentemente su escrutinio sobre las violaciones de derechos humanos en Cuba y priorizar una respuesta coordinada y multilateral antes de que esta crisis se agrave”, dijo Juan Pappier, investigador sénior para las Américas de HRW.

Estados Unidos, la Unión Europea, y diversas organizaciones internacionales, han denunciado irregularidades en los juicios contra ciudadanos y criticado las altas condenas de cárcel, que en ocasiones han llegado a los 30 años.

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