Lunes, 13 de junio de 2022 La planilla estatal ha alcanzado niveles históricos: cerca de US$4,000 millones en el 2021 y un ingreso aproximado de 15,000 personas entre enero y marzo 2022. Si a esto se le suma el incremento en subsidios – US$1,600 millones en 2019 vs. US$2,400 millones a la fecha – aunado a los altos montos en otro tipo de gastos, estamos ante a cifras extraordinarias de los dineros del Estado que ameritan una revisión inmediata con miras a hacer ajustes y garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Ante este panorama, es necesario que tanto el Ministerio de Economía y Finanzas como la Dirección General de Ingresos rindan cuentas sobre el impacto que todos los gastos mencionados están teniendo en las finanzas públicas, ya que desde nuestra óptica el ritmo que llevamos es insostenible. Luego de dos años de grandes sacrificios, desconocemos de acciones que realmente reflejen contención, austeridad y fiscalización de los gastos.

Si bien es cierto que la pandemia exigió al Estado dedicar recursos adicionales a su atención, ello no debe constituirse en la nueva norma. Es momento de definir un plan de desfase de algunos subsidios, y empezar a invertir estos dineros en acciones y planes que aporten valor a la sociedad y al individuo.

Dicho lo anterior, reforzamos el concepto de que la empresa privada debe ser el gran empleador del país; por lo que desde la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) insistimos en que deben fortalecerse las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes), para que estas puedan ser generadoras de plazas de trabajo, pero a la vez la ciudadanía debe estar capacitada para llenar dichas posiciones.

De los US$300 millones que el Banco Interamericano de Desarrollo otorgó al Estado para que se convirtieran en ayudas para la recuperación de las MiPymes, la banca ha desembolsado alrededor de US$152 millones. De allí que promovamos, la figura de los créditos de riesgo compartido, donde el Estado y las multilaterales asuman riesgo junto con la banca, y se alcance un mayor número de empresas apoyadas.

Dada la situación económica complicada que vivimos, donde existen factores externos que inciden sobre la vida de todos los ciudadanos, la empresa privada ha puesto su cuota de sacrificio actuando de manera acorde a los tiempos. Esto es lo que también requerimos tanto del Órgano Ejecutivo como del Legislativo.