El Senado aprobó por unanimidad a última hora del miércoles una legislación para revivir un programa de la época de la Segunda Guerra Mundial que permite al presidente Joe Biden enviar armas y otros suministros de manera más eficiente a Ucrania en medio de la sangrienta invasión de Rusia.
Los senadores se unieron rápidamente a la propuesta, conocida como Préstamo-Arrendamiento, luego que el ejército de Ucrania demostró que podía defenderse de las tropas rusas que han estado bombardeando ciudades y pueblos ucranianos desde el 24 de febrero.
El programa de préstamo y arrendamiento, creado durante la Segunda Guerra Mundial, fue visto como un punto de inflexión en el conflicto, al permitir a los Estados Unidos reabastecer rápidamente a los aliados sin obstáculos de procedimiento lentos.
El líder del Senado, Chuck Schumer, tras la aprobación de la ayuda militar especial para Ucrania (Michael Brochstein/)
Los legisladores están recurriendo a tácticas extraordinarias utilizadas por última vez durante el conflicto global más significativo del siglo XX, otra señal de que Estados Unidos y sus aliados en Europa creen que la invasión de Rusia representa una amenaza existencial para el orden liberal.
También es una indicación de que el mundo occidental cree que Ucrania ahora puede ganar la lucha contra los invasores rusos.
El Congreso de Estados Unidos aprobó recientemente casi 14.000 millones de dólares de asistencia militar y humanitaria para Ucrania, gran parte de los cuales ya fueron enviados.
El Departamento de Estado anunció esta semana 100 millones de dólares adicionales en fondos para misiles Javelin y otros materiales, con lo que la asistencia total de seguridad ascendió a 1700 millones de dólares desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero.
La necesidad de reabastecer a las fuerzas armadas de Ucrania adquirió mayor urgencia en los últimos días, al quedar expuesta aún más la brutalidad de la invasión rusa.
Ante las imágenes de las atrocidades cometidas por las tropas de Putin en Bucha, que mostraban a civiles muertos en las calles con las manos atadas a la espalda, los legisladores estadounidenses reaccionaron rápidamente a los pedidos urgentes del presidente ucraniano Volodimir Zelensky en particular.
En un breve discurso en el Senado el miércoles por la noche, el líder de la mayoría Chuck Schumer calificó las masacres de “puro mal”, y agregó que las tropas rusas están llevando a cabo un “genocidio” en Ucrania.
“Cuando se asesinan a civiles inocentes sin sentido por lo que son, ya sea su religión, su raza o su nacionalidad, eso es genocidio, y el Sr. Putin es culpable de ello”, dijo Schumer.
La Ley de Préstamo y Arrendamiento de Defensa de la Democracia en Ucrania de 2022, como se la conoce, permitirá acelerar la transferencia de equipo militar crítico y otros suministros a Ucrania mediante la reducción de la burocracia.
“A medida que se desarrolla la guerra en Ucrania, la entrega de ayuda militar lo antes posible es fundamental para la capacidad de Ucrania de defenderse de los ataques no provocados de Putin”, dijo la senadora Jeanne Shaheen de New Hampshire, la principal patrocinadora demócrata del esfuerzo.
“El Kremlin está cometiendo horribles ataques en todo el país contra la infraestructura civil y contra hombres, mujeres y niños inocentes”, agregó.
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EE.UU. y sus aliados sancionan a las hijas de Putin y amplían las represalias por las atrocidades de Bucha
En un anuncio conjunto, las potencias occidentales prometieron recurrir a “todos los mecanismos apropiados para responsabilizar a los responsables” por las torturas y el asesinato de civiles documentados en Bucha, un suburbio en las afueras de Kiev, que estuvo ocupado hasta hace unos días por las tropas rusas. El Kremlin ha negado cualquier responsabilidad en la muerte de los civiles y ha dicho que todo ha sido un montaje de Ucrania para culpar a Rusia.
Soldados ucranianos recuperan los restos de cuatro civiles de un vehículo calcinado en Bucha, a las afueras de Kiev, Ucrania, el martes 5 de abril de 2022. (AP Foto/Felipe Dana)
Estados Unidos y sus aliados han impuesto el entramado de sanciones económicas más duro de la historia contra Rusia con el objetivo de aislar a Moscú y castigar a Putin por la invasión a Ucrania.
Las medidas han aislado a Rusia del resto del mundo. Economistas estiman que su producto bruto interno caerá hasta un 15% este año, borrando la última década y media de crecimiento. Como contracara, la guerra y las sanciones han disparado el precio de los alimentos y de la energía, y han empujado a la inflación global, y tendrán como consecuencia un aumento de la pobreza y de la hambruna, sobre todo en África.
“Mientras Rusia continúe con su brutal asalto a Ucrania, estaremos unidos con nuestros aliados y socios para imponer costos adicionales a Rusia por sus acciones”, indicó la Casa Blanca en un comunicado.
A la par de las nuevas sanciones económicas, Estados Unidos aprovó US$ 100 millones en nueva asistencia de seguridad a Ucrania, indicó el Departamento de Estado, un desembolso que eleva la asistencia militar de Washington a Kiev a casi 2500 millones de dólares desde septiembre, y 4500 millones desde 2014.Las sanciones
El gobierno de Joe Biden anunció un bloqueo total a la institución financiera más grande de Rusia, Sberbank, y al banco privado más grande, Alfa Bank. La medida implica que se congelará cualquiera de los activos de ambas instituciones que estén en contacto con el sistema financiero norteamericano y prohibirá a las personas de Estados Unidos hacer negocios con esas compañías.
Sberbank posee casi un tercio de los activos del sector bancario ruso. Alfa Bank es la institución financiera privada más grande de Rusia, y la cuarta institución financiera más grande del país. El Tesoro norteamericano también incluyó en la lista de sanciones a 42 empresas subsidiarias de Sberbank, y seis de Alfa Bank.
“Hemos tratado de generar un shock financiero al impedir que los bancos más grandes de Rusia y su banco central hagan negocios con los Estados Unidos, y congelar cualquiera de sus activos que toquen el sistema financiero de Estados Unidos o de nuestros aliados”, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca en una llamada con periodistas.
Biden firmará además un decreto que incluye una prohibición a nuevas inversiones en Rusia por parte de estadounidenses, dondequiera que se encuentren, una medida que aislará aún más a Rusia de la economía global. La medida se complementa con la decisión de más de 600 empresas multinacionales de salir de Rusia, ya sea desinvirtiendo, cerrando sucursales o cortando lazos comerciales.
“Sin la inversión de nuestro sector privado, Putin perderá el conocimiento y las habilidades del sector privado que viajan con la inversión, y los efectos colaterales de la fuga de cerebros en curso de Rusia serán profundos”, indicó el funcionario norteamericano.
Además del bloqueo a empresas estatales rusas, el Departamento del Tesoro también impuso un cepo a los pagos de la deuda rusa, lo que dejó a Rusia a un paso de un nuevo default.
Pero una de las medidas más duras que anunció Estados Unidos fue la inclusión en la llamada “lista negra” de las hijas del presidente Putin, y la esposa y la hija del ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, Maria Aleksandrovna Lavrova y Yekaterina Sergeyevna Vinokurova. Además, el Tesoro anunció sanciones contra los miembros del Consejo de Seguridad de Rusia, incluido el expresidente y primer ministro de Rusia, Dimitri Medvedev, y el primer ministro Mikhail Mishustin.
Katerina Tikhonova y Maria Vorontsova, las dos hijas de Putin sancionadas, nacieron fruto del matrimonio del presidente con Lyudmila Putina. Esa relación terminó en 2013. Las dos mujeres han mantenido un perfil tan bajo que muchos rusos no saben ni siquiera cómo son. En una entrevista con la agencia de noticias estatal rusa, TASS, en octubre de 2020, Putin reconoció que disfruta comunicarse con sus nietos, pero que no le gusta hablar abiertamente sobre su familia por razones de seguridad.
“Tengo nietos, soy feliz. Son muy buenos, dulces”, dijo Putin a TASS. “Siento un gran placer cuando me comunico con ellos”.
En 2015, en su conferencia de prensa anual, Putin le dijo a la audiencia que estaba orgulloso de sus hijas pero que nunca “discutía asuntos familiares” públicamente, incluido todo lo relacionado con el trabajo de ambas.
“Estoy orgulloso de ellas”, dijo Putin, según consignó la agencia TASS. “Siguen estudiando y trabajando. Mis hijas hablan con fluidez tres idiomas europeos”, describió.
El funcionario del gobierno de Biden justificó las sanciones a las hijas de Putin porque, indicó, tienen razones para creer que Putin y muchos de sus aliados y oligarcas ocultan su riqueza y sus activos con miembros de la familia, que luego colocan sus activos y su riqueza fuera de Rusia. La Casa Blanca cree que muchos de los activos de Putin están ocultos con miembros de la familia, y es por eso que decidió sancionar a las hijas.