Jueves, 27 de enero de 2022 Los últimos días ha resonado en el país la crítica razonada por el cobro de viáticos de movilización por parte de alcaldes y representantes de corregimientos. Esto demuestra cuán arraigada está la corrupción en el país. Se trata de la microcorrupción en todo su esplendor, donde autoridades electas utilizan el dinero de la descentralización para sangrar el Estado. ¿Cómo puede justificar un alcalde o un representante de corregimiento ingresar a su bolillo arriba de 60 000 dólares al año, so pretexto de su movilización y no construya una acera para su pueblo? Ya lo hemos expuesto en otras oportunidades que el problema de Panamá no es la corrupción, es la falta de valores y en este caso, la vergüenza anda de paseo. Pero el problema es tan grave que estos actos corruptos por parte de estas autoridades locales no son ajenos al pueblo, ya que esa microcorrupción ha penetrado a todo el país. Urge una campaña provalores, pero pareciera que esto no importa. El escándalo es efímero, como llamarada de capullo, porque luego todo vuelve a la “normalidad”. Los viáticos por movilización pasarán ahora a llamarse de otra manera, pero el dinero siempre terminará en el bolsillo de los corruptos. Es por eso importante levantar los valores cívicos y morales de la sociedad, ya que es la única manera de arrinconar la corrupción. ¡Así de simple!
Gerardo Berroa, Director de la Estrella de Panamá es el autor de este artículo.