Controlar los precios de los alimentos o forzar descuentos en los medicamentos no solo aumentará el malestar ciudadano a corto plazo por ser insostenible, sino que profundizará las necesidades del país dado que producirá el cierre de más negocios. Foto: Cortesía.

Lunes, 15 de agosoto de 2022  Las medidas sin sustento técnico tomadas por el Órgano Ejecutivo en las últimas semanas evidencian un Gobierno desconocedor de las causas raíz de los profundos problemas que tenemos los panameños y altamente vulnerable a la presión de pocos, sin mayores planes que trasladar al sector privado las soluciones a temas críticos de vieja data, que han empeorado por su falta de voluntad para atenderlos oportunamente.

Lamentablemente, controlar los precios de los alimentos o forzar descuentos en los medicamentos no solo aumentará el malestar ciudadano a corto plazo por ser insostenible, sino que profundizará las necesidades del país dado que producirá el cierre de más negocios, aumentando el desempleo, lo que se traduce en un mayor deterioro de las condiciones de vida del panameño en general.

Como era de esperarse, y aun cuando el sector privado acata por principio la normativa generada, el desincentivo a la comercialización y a la producción comienzan a generar problemas de desabastecimiento en varios productos, con la consiguiente afectación para miles de medianas, pequeñas y microempresas, así como para los consumidores. Ni hablar del mensaje terrible que todo esto supone para la tan necesaria inversión extranjera.

Tomar medidas populistas, carentes de sustento y con ninguna posibilidad de sostenerse en el tiempo es pan para hoy que generará peores condiciones para mañana. Los alivios a corto plazo deben ser mejor pensados, de manera que permitan establecer planes a corto plazo que atiendan la raíz del problema; sin dejar de lado la gran necesidad de la población: el acceso a programas educativos, de formación profesional o servicios públicos de calidad.

Mientras no se estructuren políticas públicas serias y sostenibles hacia nuestros sectores productivos, se combatan distorsiones en la cadena y se genere una verdadera libre competencia en el mercado, los panameños no veremos mejores días; sin contar con factores externos como el precio del combustible.

Algo similar ocurre en medicamentos. Cuando 8 de cada 10 personas en busca de medicamentos son pacientes de la Caja de Seguro Social (CSS) que han pagados sus cuotas, ignorar el crónico problema de desabastecimiento de esta institución es simplemente un acto de irresponsabilidad.

Como vemos, cuando la coyuntura del país demandaba un Gobierno que fuera capaz de crear consensos sobre reformas de fondo y políticas de largo plazo, lo que nos ofrece es más de lo mismo: salvavidas políticos en forma de Decretos Ejecutivos temporales.

El Gobierno Nacional enfrenta ahora su deber y la obligación de reevaluar sus acciones y su equipo de actores, frente a las inminentes consecuencias de sus erráticas decisiones, que producirán más frustración en la población.

Una vez más, manifestamos disposición de aportar a la solución; sin embargo, esto no solo pasa por la participación de un solo sector, se trata de la suma de todos para así encontrar medidas más efectivas y sostenibles en el tiempo.