Lunes, 1 de agosto de 2022 Creer que es posible adoptar políticas económicas y comerciales sin la participación activa del Sector Privado no solo revela un profundo desconocimiento de cómo funciona la economía, sino que además sus efectos podrían ser diametralmente opuestos a los deseados.

Como ha sido reiteradamente demostrado, imponer figuras como control de precios, control de márgenes de ganancia y barreras comerciales, termina finalmente afectando no solo al sector privado y a los productores del país, sino a los propios consumidores.

En poco tiempo nuestra economía comenzará a ver las consecuencias de tomar decisiones críticas sin ningún sustento técnico más allá que el capricho idelógico. Desabastecimiento de productos; disminución en la oferta; desincentivos a la producción; deterioro en la relación calidad-precio; son solo algunos de los efectos inmediatos que sufriremos todos los panameños.

Inmediatamente sumado a ello, la inversión y los prospectos de crecimiento de la economía se verán directamente impactados, lo que a su vez hará crecer el ya preocupante desempleo a nivel nacional. Ni hablar de la posibilidad de reactivación económica, que con los acuerdos presentados hasta ahora en la Mesa de Diálogo sufrirá un importante revés.

Concurrente con la citada Mesa del Diálogo, observamos que el Proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado por B/. 27,162.9 millones carece de contención y control del gasto público, mucho menos de austeridad. Reiteramos la necesidad de que se presente cuanto antes la hoja de ruta que refleje una verdadera implementación de las acciones necesarias con respecto a ahorros sustanciales por parte del Gobierno Nacional, ya que con las recientes medidas tomadas el futuro resulta aún más incierto.

Somos conscientes que tenemos problemas coyunturales que atender cuanto antes, los cuales estamos dispuestos a abordar desde todos los espectros para plantear reajustes por parte de la empresa privada. Asimismo, desde hace años hemos señalado que enfrentamos imperfecciones estructurales de fondo que tienen que ser atendidas con un gran sentido de urgencia, con el fin de eliminar disparidades y lograr una sociedad más equitativa con acceso a oportunidades. Pero, el primer paso que se tiene que dar para eliminar estas desigualdades es, atacar la corrupción a todos los niveles tanto públicos como privados, terminar con los privilegios y la falta de transparencia.

Tanto en el hecho de que se esté incitando la adopción de medidas económicas sin el sector privado, como en la presentación del citado presupuesto sin austeridad, los panameños volvemos a ver cometerse los mismos errores del pasado. Es decir, en lugar de tomar la coyuntura como una oportunidad para verdaderamente hacer cambios de fondo, una vez más se ha optado por acudir a las imposiciones, demagogia y falta de sentido común que tanto han criticado quienes arbitrariamente dicen representar al pueblo.