En un principio, las relaciones entre ambos países eran amistosas, sin embargo, Ucrania siempre tuvo interés en propiciar acercamientos diplomáticos con el mundo occidental, hecho que les disgustaba a los líderes políticos del Kremlin.
Fue así que en el año 2012 el gobierno ucraniano, en cabeza del presidente Víktor Yanukóvich, elaboró un acuerdo de asociación con la Unión Europea para iniciar una alianza entre el bloque occidental y Ucrania, acuerdo que tenía el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ucranianos a través de intercambios comerciales. Este acercamiento contrarió al gobierno ruso, el cual ejerció una enorme presión para que la alianza no se firmara, amenazando a Ucrania con sanciones económicas.
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Fue tanta injerencia del Kremlin que en noviembre de 2013 el presidente Yanukóvich suspendió la firma del acuerdo con la UE, hecho que disgustó a la población al punto de agolparse en la Plaza de la Independencia de Kiev, capital ucraniana, e iniciar una oleada de manifestaciones y disturbios denominados como el Euromaidán
El Euromaidán fue un movimiento apoyado por sectores europeístas y nacionalistas que veían a la intervención de Rusia como una amenaza, las protestas y disturbios se extendieron por gran parte de Ucrania y dejaron como saldo un centenar de muertos y miles de personas heridas. Esta oleada de violencia duró hasta febrero de 2014, cuando el presidente huyó del país.
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El caos vivido en territorio ucraniano fue aprovechado por el país vecino que, días después de la huida de Yanukóvich, tomó el poder en la península de Crimea a través de soldados prorrusos apoyados por Moscú. En pocos días, las instituciones oficiales de Crimea habían sido invadidas por los grupos armados y la población fue convocada a un referéndum de independencia.
El 96% de los votos de los crimeos respaldaron la anexión de este territorio al gobierno ruso y fue así como el Kremlin se hizo con el poder de la península que, hasta la actualidad, sigue bajo el mando moscovita. Este hecho disgustó a las potencias mundiales, trayendo como consecuencia duras sanciones económicas por parte de la Unión Europea y la expulsión de Rusia del G8, el grupo de países más industrializados del mundo.
Tiempo después de esta maniobra, grupos prorrusos tomaron por la fuerza varias zonas del este del país e iniciaron enfrentamientos bélicos con el ejército ucraniano. La región, conocida como el Donbass fue escenario de los sangrientos encuentros entre los rebeldes separatistas y las fuerzas armadas, dando como resultado la independencia de las provincias de Donetsk y Lugansk, países que, hasta el día de hoy, siguen sin ser reconocidos por los organismos internacionales.
A este período bélico se le conoce como la Guerra del Donbass, conflicto que ha dejado un saldo de 14 mil muertos y que ha pasado por diversos procesos tanto de mediación como de señalamientos por parte de organizaciones y gobiernos de todo el mundo. Por un lado, la OTAN afirma que los rebeldes separatistas son apoyados por el Kremlin para seguir haciéndose con el poder de los territorios ucranianos, señalamientos que Rusia ha desestimado de manera tajante.
Por otra parte, se han intentado acuerdos de conciliación apoyados por los gobiernos de Alemania y Francia y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, estas negociaciones son conocidas como el Protocolo de Minsk y el acuerdo de Minsk II. En las conversaciones, tanto los países oficiales implicados como los estados que no son reconocidos han participado sin llegar a acuerdos claros para detener la violencia que azota a la región desde hace varios años.
¿Cuáles son las implicaciones políticas que han dejado a Ucrania en medio de las tensiones entre el mundo occidental y Rusia? En primer lugar, la Unión Europea y Estados Unidos ven al gobierno ucraniano como un posible aliado militar con una ubicación geográfica privilegiada, en el año 2008 la OTAN, con Estados Unidos a la cabeza, prometió a los gobiernos de Ucrania y Georgia que serían aceptados en la alianza del atlántico, hecho que disgustó al gobierno ruso, que ha reiterado en repetidas ocasiones que quiere evitar a toda costa que esta organización se extienda hacia los países de Europa del Este y Asia central
Por otro lado, la industria energética tiene una gran importancia en este panorama, ya que Rusia construyó un gasoducto llamado Nord Stream II que conecta a su territorio con Alemania, sin embargo, el proyecto ha sido bloqueado por la Unión Europea pues existe la posibilidad de que sea usado por el Kremlin como un arma económica en contra de Ucrania, esto debido a que todos los gasoductos que conectan a Rusia y Asia del este con el resto de Europa pasan por este territorio, generando ingresos anuales por más de 2 mil millones de dólares. Si Rusia decide usar a Nord Stream II como el único medio para hacer llegar el gas, Ucrania recibiría un duro golpe a sus finanzas, dejando al país vulnerable.
Todos estos intereses políticos, económicos e históricos sobre el territorio ucraniano desembocaron en una ofensiva del gobierno ruso a Kiev y a otras importantes ciudades del país. El presidente Putin dio vía libre a una operación que trajo como consecuencia varios muertos, daños en la infraestructura tanto civil como militar de Ucrania y una posible amenaza de guerra intercontinental o mundial.