Andrés Álvarez Rueda    andrésalvarueda@f}gmail.com Ya han pasado cinco largos meses desde que se inició la pandemia de la COVID-19. Una experiencia vivida y sufrida no solo en Panamá sino en muchos países del mundo. En estos momentos ya han fallecido más de 845, 000 personas a nivel mundial y hasta el momento 25 millones aproximadamente han sido los contagiados con este virus mortal que no se ve; pero que sí ha hecho daño a la humanidad en pleno siglo XXI, específicamente en este año 2020.

Es claro que los gobiernos no deben bajar la guardia en lo que es establecer estrategias reales que puedan fortalecer la salud de los ciudadanos y en especial a aquellos que están contagiados por la COVID – 19.  Además deben tener claro como levantar la economía, el empleo, la educación, el turismo, los vuelos de las aerolineas, la parte marítima, acompañado claro con un protocolo de salud o bioseguridad.

A pesar de no verse con claridad de cuándo y como terminará esta pesadilla de la pandemia COVID -19, los que gobiernan y los gobernados debemos de poner todo nuestro empeño, y dedicación por contribuir desde el lugar  en donde nos encontremos; poner en práctica lo que es el establecimiento de una cultura de bioseguridad.

Los que gobiernan deben de realizar su trabajo con esmero, dedicación y servicio, de manera que vean la ocasión, no para aprovecharse y buscar sus beneficios propios; sino el de toda una nación que espera de ellos, un trabajo honesto, honrado, transparente, que rinde cuenta y libre de cuestionamientos, que puedan darse de su trabajo con respecto a la administración y de los dineros de las arcas del Estado; ya sea a través de ellos mismos o de los que están su lado dirigiendo el país.

En cuanto a la reapertura total de la economía, es necesario de que el gobierno decida abrir con más fuerza y decisión las diferentes áreas; como es la construcción, el turismo,  el área marítima, los restaurantes; los vuelos, entre otros; siempre y cuando se establezcan como responsabilidad los procedimientos de bioseguridad, entre ellos, el uso de la mascarilla,  el gel colado, el lavado de manos frecuentes, el distanciamiento y otros por menores generales.

Supervisar los protocolos de entrada y salida de los trabajadores;  tanto en las empresas,  como restaurantes; industrias, agro, ganadería y por su puesto el cumplimiento del protocolo al regresar a casa que diligente mente deben cultivar cada uno de los panameños y panameñas, pero también extranjeros, de tal manera que podamos cuidarnos a nosotros mismos, como a nuestros familiares que están en nuestras casas.

En cuanto los indices  de personas contagiadas con COVID – 19  en Panamá, representan un total de 92,065 y los fallecidos superan a los 1,995, además ya  hay 65, 747 personas recuperadas, por  lo que consideramos que la población ha perdido el temor a la pandemia  porque entiende y conoce como vencer a este enemigo silencioso que no se deja ver; pero que se puede detener su ataque estableciendo la práctica de la bioseguridad, que recomienda el Ministerio de Salud y las demás autoridades competentes.

De esta manera, sabemos que el país no se puede detener; por lo que nos corresponderá a todos los panameños y panameñas tanto; gobernantes como gobernados poner de nuestra parte para no ser contagiados y muertos por un descuido o falta de responsabilidad ante esta pandemia.

Además, es necesario que tanto los empresarios,  como trabajadores, ama de casa, profesionales, y campesinos desarrollemos  todo el interés y protocolo necesario para que podamos pronto salir de esta crisis.  Somos de la convicción que pronto vamos a salir de esta; pero que va a depender en gran manera de cada uno de los que convivimos en este pueblo Istmeño. Es tiempo de unirnos, ayudar a cuando podamos. Solidarizarnos con aquel que menos tiene; para que así todos tengamos fuerza, valor, alimento y salud para pasar esta pandemia.