El grupo militante palestino Hamas lanzó un ataque sorpresa a gran escala contra Israel el 7 de octubre, disparando miles de cohetes desde Gaza. Foto: Cortesía
Lunes, 9 de octubre de 2023 SAL EMERGUI Una joven reacciona mientras habla con rescatistas israelíes en Tel Aviv, después de que un cohete disparado por militantes palestinos desde la Franja de Gaza impactara el 7 de octubre de 2023. El grupo militante palestino Hamas lanzó un ataque sorpresa a gran escala contra Israel el 7 de octubre, disparando miles de cohetes desde Gaza y enviando combatientes para matar o secuestrar a personas, mientras Israel respondía con devastadores ataques aéreos. (Foto de JACK GUEZ / AFP)
Oriente Próximo Hamas lanza su mayor ataque por tierra, aire y mar desde Gaza e Israel declara el estado de guerra
Más de 700 israelíes asesinados, 2.048 heridos y un centenar de secuestrados es el balance aún no definitivo del ataque armado más sangriento que ha sufrido Israel desde la guerra de 1973. La ofensiva lanzada este sábado por el grupo islamista Hamas bajo el nombre de «Tormenta Al Aqsa» y la consiguiente represalia militar israelí llamada «Espadas de Hierro» llevan a todas las partes a coincidir en una palabra: «Guerra». Tras horas de combate, el portavoz del Ejército israelí, el general Daniel Hagari, aseguraba esta tarde que se había «alcanzado 800 objetivos» y que se reforzarían los alrededores de Gaza. «El enemigo está aún sobre el terreno», advertía.
El grupo libanés Hizbulá, que apoyó el ataque de Hamas, ha asumido la autoría del lanzamiento de proyectiles de mortero contra objetivos militares este domingo por la mañana en una zona fronteriza bajo control de Israel. Como respuesta, un dron del Tsáhal ha atacado la tienda de campaña que este movimiento proiraní había instalado hace meses en esa zona controlada por Israel en una señal más de la pérdida de la capacidad de disuasión israelí ante sus enemigos en el 2023 a raíz de profunda división interna en torno al Gobierno y su propuesta de reforma judicial que afectó a la cohesión también en el ejército.
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, ha emitido este domingo una «orden de emergencia» a la División de Licencias de Armas de Fuego para facilitar que el mayor número posible de ciudadanos israelíes puedan armarse en plena guerra con Hamás.
«Cualquier ciudadano que cumpla con los criterios para posesión de armas de fuego, sin antecedentes penales o médicos, podrá recibir aprobación para posesión de armas de fuego», indicó la oficina del ministro. El plazo para lograr la licencia será de tan solo una semana, tras haber sido sometido el interesado a una entrevista telefónica.
Además, se agilizará que los ciudadanos que hayan depositado su arma en el último año por no haber realizado la renovación de la licencia o la capacitación puedan recuperarla. Como parte de la orden, se emitirán permisos para la posesión de armas de fuego con una bonificación para la compra de hasta 100 cartuchos, frene al límite actual de 50.
50 años y 15 horas después del ataque sorpresa de Egipto y Siria que inició la Guerra de Yom Kipur, el brazo armado de Hamas rompió la calma de Shabat en Israel. La mayor ofensiva del grupo integrista desde que tomara el control de Gaza en 2007 empezó a las seis y media de la mañana con el lanzamiento de miles de proyectiles contra amplias zonas en Israel, incluyendo Tel Aviv y Jerusalén, y como dramático factor diferencial, con la infiltración de decenas de milicianos en numerosas localidades israelíes cercanas al enclave palestino.
Israel, que hasta esta madrugada combatía con algunos de los terroristas infiltrados en ciudades y varios kibutz que aún no fueron abatidos o no lograron volver a Gaza, lanzó al mediodía sus primeros ataques aéreos de represalia contra Hamas que, junto a los combates, dejaron un balance de al menos 413 palestinos muertos y más de 2.000 heridos. Según el ejército, la mayoría de los muertos eran de Hamas.
«Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. Los terroristas de Hamas invadieron nuestro territorio y asesinaron a ciudadanos inocentes, bebés y ancianos en sus casas. Es un enemigo que asesina bebés y madres en sus casas, en sus camas», declaró el primer ministro Benjamin Netanyahu tras anunciar «la amplia movilización de reservistas y contraatacar con una fuerza y alcance que el enemigo nunca conoció». Por la noche, anunció venganza por «este día negro» y pidió a los habitantes de Gaza abandonar los lugares donde actúa Hamas.
Netanyahu, que reunió a su minigabinete para estudiar un escenario inédito por el número de muertos en la retaguardia y el secuestro de decenas [muchos más que decenas, según Hamas], afronta el peor ataque en décadas precisamente cuando su país atraviesa la mayor crisis interna de su historia debido a la propuesta de reforma judicial lanzada en enero por su Gobierno ultraconservador investido días antes. La conmoción del ataque de Hamas es tan grande en Israel que crecen las probabilidades para la creación de un «Gobierno de emergencia de unidad» entre Netanyahu (Likud) y los partidos centristas de Yair Lapid y Benny Gantz.
Si el ataque de Egipto y Siria se inició a las 13.50 del 6 de octubre de 1973, el realizado por Hamas que desde hace años gobierna un mini Estado aislado tuvo lugar a las 06.30 de la mañana del 7 de octubre de 2023. Decenas de motos y furgonetas conducidas por milicianos de Gaza cruzaron la verja fronteriza y penetraron en dos ciudades situadas a tres kilómetros (Sderot) y 25 kilómetros (Ofakim), una base militar y kibutzim que como en guerras del pasado en Israel se convirtieron en escenario de duros choques armados y último frente de oposición. Hamas hizo uso de fusiles, drones, lanchas, proyectiles y misiles antitanque al tiempo que vejaron algunos cadáveres ante las cámaras. Soldados, jóvenes que participaban en un multitudinario festival de música al aire libre y ancianas con sus cuidadores extranjeros fueron secuestrados según diversas informaciones.
«Me desperté temprano y al poco tiempo empezaron las alarmas que eran numerosas y seguidas a diferencia de lo que yo había vivido en el pasado», cuenta el español Lázaro Herrera que vive en una localidad israelí cerca de la Franja de Gaza. Según explica a EL MUNDO, también escuchó disparos. «En un rato vi un vídeo de terroristas en un todoterreno circulando sin oposición por las calles. El sistema de seguridad ha fallado completamente y es inaceptable teniendo en cuenta donde vivimos y la amenaza constante», añade.
«¡Hay numerosos terroristas aquí! Nunca he visto algo parecido ¿Dónde están nuestros soldados?», nos decía por teléfono con miedo y rabia otro habitante de Sderot que, como otras poblaciones limítrofes israelíes con el enclave palestino, ha tenido un violento despertar que precedió a una jornada de mucha tensión y combates que seguían en algunos kibutzim a última hora de la noche. Pasada la una de la madrugada, fuerzas israelíes lograron rescatar a rehenes en el comedor del Kibutz Beeri.
«Ya habíamos avisado al enemigo, que maldijo al profeta en los patios de la mezquita de Al-Aqsa. Hemos decidido poner fin a todos los crímenes de la ocupación. El tiempo de no rendir cuentas de sus crímenes ya acabó», declaró el jefe del brazo armado de Hamas, Mohamed Deif, en una rara aparición para explicar y presumir de un ataque planeado desde hace meses. Tras revelar que lanzaron 5.000 proyectiles, Deif pidió ampliar los frentes en alusión a una intervención de otros grupos desde el Líbano y Siria. Todos ellos, también apoyados por Irán. Hizbulá y Teherán elogiaron lo que llamaron «heroica operación» y «guerra de liberación de Palestina» pero sin intervenir de forma directa y abierta.
En un llamamiento a palestinos en Cisjordania, Jerusalén Oriental e Israel, el portavoz del brazo armado de Hamas, Abu Obeida, señaló: «Hoy es vuestra oportunidad. Debéis dirigiros ahora a todos los lugares donde está la ocupación. El enemigo está colapsado».
Hamas anunció el cautiverio de «decenas de israelíes, entre ellos soldados y oficiales, que ya han sido trasladados a túneles». El objetivo declarado del grupo liderado por Ismail Haniya y Yahya Sinwar es un canje con los presos palestinos encarcelados en Israel. La casa de Sinwar fue bombardeada por la tarde antes de que Hamas volviera a lanzar una nueva ráfaga de cohetes contra la zona de Tel Aviv dejando varios heridos. Dado que iniciaron la contienda, su liderazgo político y militar se puso a salvo horas antes en los numerosos túneles que cruzan casas y edificios en Gaza.
Más allá de la euforia por un ataque que ni siquiera Hizbulá, el grupo armado más poderoso de Oriente Próximo, pudo o se atrevió a realizar desde el Líbano contra poblaciones del norte israelí, Hamas teme que la represalia ponga en peligro su régimen. El oficial encargado de temas civiles con Gaza y Cisjordania, el mayor general Rasan Aliyan envió un mensaje en árabe: «Hamas ha abierto las puertas del infierno para Gaza». El ministro de Energía, Israel Katz ordenó interrumpir el suministro de electricidad a Gaza donde los habitantes, más allá de las muestras de júbilo de simpatizantes e integrantes de Hamas, temen largos días y noches de bombardeos.
«Hoy vimos el rostro del mal. Hamás ha lanzado un ataque brutal contra los ciudadanos de Israel, atacando indiscriminadamente a hombres, mujeres, niños y ancianos. Hamás comprenderá rápidamente que ha cometido un error grave y pagará el precio por ello. Lo que fue, no es lo que será. Cambiaremos la cara de la realidad en Gaza en los años venideros», prometió el ministro de Defensa, Yoav Gallant mientras se difundían imágenes sin precedentes de jeeps militares israelíes conducidos por Hamas en las calles de Gaza y todoterrenos palestinos de la milicia en las calles de Sderot. Imágenes más propias de la serie israelí Fauda.