Desde hace 72 años, en Panamá conmemoramos el Día del Padre cada tercer domingo de junio, en aras de resaltar esa figura que está llamada a enseñar con el ejemplo de honestidad, responsabilidad y compromiso con la familia, la sociedad y la patria. La celebración también es propicia para enaltecer la labor de esas mujeres que hacen el trabajo de padre. A ellas doble reconocimiento porque asumen la responsabilidad de progenitores inconscientes y transmiten a sus hijos e hijas el compromiso para con ellos.

Los momentos que atraviesa el país son propicios para recordar que en esos valores reside el mejor legado que padres y madres podemos dejar a nuestros hijos a fin de garantizar ciudadanos valiosos.

A lo largo de su historia, Panamá ha contado con hombres ilustres, cuyo compromiso patriótico los ha hecho trascender como “Padres de la Patria”. Las circunstancias actuales son oportunas para volver la mirada hacia recordados y sobresalientes panameños que han luchado por la soberanía del territorio nacional, la libertad del pueblo, participaron en el desarrollo de la declaración de los Derechos Humanos, presentaron marcos constitucionales justos e incluyentes; al tiempo que, se preocuparon por dotar al país de instituciones educativas, sanitarias y sociales que atendieran las necesidades de toda la población. Hombres destacados dado el profundo arraigo de sus valores cívicos, éticos y morales; quienes fueron y seguirán siendo ejemplares.

La herencia de estos célebres panameños nos recuerda que los gobernantes del país están llamados a ser buenos padres de familia del patrimonio nacional. Como tales, deben no solo cuidar de éste, si no aumentar el mismo para las futuras generaciones. De allí que, es necesario manejar las finanzas públicas con responsabilidad y transparencia, siendo eficientes, efectivos y equitativos con la recaudación de los tributos; pero, más importante aún con las inversiones y gastos, a fin de mantener niveles de responsabilidad fiscal adecuados y evitar el sobre endeudamiento.

Además, siguiendo el ejemplo de esos “Padres de la Patria” resulta crucial velar por una educación de calidad; así como, un sistema de salud confiable para todos los ciudadanos por igual. Mientras que, debemos buscar una solución integral y sostenible a la seguridad social para estas y las futuras generaciones, en el marco de una institucionalidad robusta que permita vivir en un sistema democrático.

Una conmemoración como la del Día del Padre nos recuerda que, sobre los padres y madres descansa el futuro de un país, bien decía el San Juan Pablo II, “la familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida”