Martes, 23 de noviembre de 2021    Por Lourdes Bishop    No es un secreto la difícil situación económica que atraviesan algunas empresas, sobre todo las medianas y pequeñas. Es que han sido afectadas por los cierres y medidas de restricción producto de las medidas sanitarias para la prevención del virus COVID-19.

La medida de suspensión fue un bálsamo y una oportunidad para mantener la operatividad de las éstas, al tiempo que el trabajador se veía afectado en su economía.

A partir del 1 de noviembre se ha establecido que todos los trabajadores en estado de suspensión deben ser reactivados, pero cómo harán las empresas que no tienen los medios para hacerlo?

A continuación las opciones:
1. Se puede pactar la continuidad de la suspensión, mediante acuerdo con el trabajador, que deberá ser registrado ante el Ministerio de Trabajo.
2. Tras la reactivación se puede acordar la reducción de jornada, mientras permanezca vigente el estado de emergencia.
3. Es posible negociar un mutuo acuerdo, siguiendo las formalidades especiales.

Algunos tips para la vida laboral en esta nueva etapa.
1. Es conveniente que la empresa se apegue a las normas actuales, observando procedimientos y formalidades, a fin de evitar mayores gastos que puedan producir demandas y quejas por parte de los trabajadores, o inclusive multas por parte de la autoridad. No es momento de tomar riesgos en este sentido.

2. El trabajador, debe educarse, debe actualizarse en las nuevas tecnologías debido a que el mundo laboral cambió a raíz de la pandemia. Las herramientas virtuales son mandatorias para estar a tono con las funciones laborales que son requeridas por los empleadores activos. Entre más preparado estés, más oportunidad de mantener tu trabajo o de aplicar a uno nuevo.

3. Ambas partes deben asesorarse con profesionales confiables, a fin de evitar sanciones, abandonos de trabajo, despidos justificados o demandas.

4. Cumplir con las medidas sanitarias establecidas por el gobierno nacional y acatar las recomendaciones del comité de Salud e Higiene es clave para promover la permanencia de las aperturas y así contribuir con la economía base para potenciar la vida laboral.

La autora de este artículo es Docente y Asociada Senior de FABREGA MOLINO